Una Noche De Embrujo

Esa noche se auguraba divertida, habíamos disfrutado todo el día de la compañía de Blanca y Jorge, como ya ha comentado Juan en otro relato anterior fueron unos magníficos anfitriones y disfrutamos mucho con ellos.
Cuando por la noche llegamos a un local liberal de su ciudad, nuevo para nosotros, íbamos nerviosos, pues era la excitación del momento, por nuestra primera cita con ellos en un local de ambiente, todo eso avivaba mi morbo y dejaba volar mi imaginación perversa, me encanta dejar que fluya, mmmm.

Llegamos al local, el cual estaba totalmente en penumbra y entre la música de fondo y los suspiros y jadeos de algunas parejas, el ambiente se iba caldeando. Nos pedimos unas copas y la dueña nos dice que van a poner la hora oscura, (todo el local sin luz durante una hora) y ante la promesa de que se avecinaba algo muy excitante, decidimos ir a bailar a la pista, yo con Jorge y Juan con Blanca.

Cuando sentí las manos de Jorge se estremeció todo mi cuerpo, nuestras bocas se unieron en un baile sensual de lenguas, al principio suavemente, pero la sed del deseo hacía que esos besos cada vez fuesen más intensos, devorándonos, saboreándonos, mientras mis manos al principio tímidas recorrían su espalda e iban bajando hasta sus nalgas. Jorge con sus manos había levantado mi vestido dejando al descubierto mi culo y con sus manos acariciaba mis nalgas suavemente y a cada caricia, de mi boca salían suspiros de deseo. Era tanta la excitación, que sentía en mi vientre como su pene iba creciendo por momentos, dibujaba círculos en cada movimiento pegado a mi cuerpo y no dejábamos de lamernos, de besarnos, de unir nuestras lenguas y de acariciar con la punta de ellas nuestros cuellos.

Me dí la vuelta y me puse de espaldas a él, para excitarle, rozándo con mis nalgas su sexo, y así acompasadamente me dejaba llevar por la música y rozaba su cuerpo, hacíendo círculos, haciendo siseos, moviendo mis caderas sensualmente y Jorge se agarro a mis caderas, como en un vendabal a un mastil para no perderse y acompasadamente bailamos pegados, con movimientos unidos y acompasados, mientras sentía en mis nalgas como vibraba su sexo en cada momento que era rozado por mi cuerpo

En la oscuridad Blanca y Juan vinieron a nuestro encuentro, Juan con la camisa totalmente abierta y Blanca con su vestido de botones por delante, totalmente desabrochado y enseñando su bello cuerpo, empecé a acariciarle las nalgas a Blanca muy tiernamente, mientras nuestras bocas se unieron en un beso cálido, suave, y tierno, en el que nos exploramos mutuamente, mientras una de sus manos también recorría mi cuerpo, ella era la primera vez que acariciaba el cuerpo de una mujer y al oído me dijo que le encantaba esa experiencia, al igual que a mí. La ternura y la calidez de esos besos me encantaba y además con nuestros chicos viéndolo, es algo que me da mucho morbo y me hace disfrutar mucho más el momento.

Juan y yo también nos besamos apasionadamente, mientras Blanca y Jorge también lo hacían, mi chico y yo nos dijimos te amo, y nos miramos con complicidad, sabiendo que este era un juego y que ante todo nuestro amor, estaba por encima de ello.

Y volvimos a perdernos, yo en brazos de Jorge y Blanca en brazos de Juan, seguimos acariciándonos, besándonos, mientras otras manos de otras parejas, nos iban recorriendo el cuerpo, a mí tocándome la nalgas, que llevaba totalmente destapadas, y había momentos en que escapábamos de ellas, para poder sentirnos más sólos y disfrutar más de nuestro encuentro..

Cuando la excitación llego ya a un momento tan álgido, Jorge saco su polla aprisionada por su pantalón, y yo con mi mano comencé a acariciarla, suavemente empecé a marturbarle, recorriendo con mi mano, cada rincón de ella, mientras nuestras bocas seguían entregándose sin descanso, jugué con su polla entre mis manos, hasta que Jorge deseando más, la puso entre mis piernas, y empezó un movimiento acompasado, como si me estuviera follando, pero sólo había una leve tela que nos separaba, mi tanga, y me sentía húmeda, por la excitación de sentirlo tan cerca, tan a las puertas de algo que los dos deseábamos.. Y me bajo el vestido a la altura de mis pechos, dejándolos al aire y posando su boca en ellos, los saboreo, los beso e hizo que mis suspiros y jadeos fuesen más intensos, mientras seguía sintiendo su polla y sus manos rozándome todo el cuerpo...soltándome por completo a sus caricias y al poder que tenía su cuerpo sobre el mío..

Y embriagados por la música, nuestros cuerpos danzaban juntos, pegados, sudorosos, con nuestras lenguas devorándonos y su polla acariciando mi sexo en cada movimiento acompasado... y en ese momento, acabó la hora oscura, y Jorge me dijo al oído:" la próxima vez, no te me escapas!!, mirándonos después a los ojos yo asentí, entendiendo de sobra de que hablaba.

Los cuatro sudorosos, excitados y nerviosos por que sabíamos que la próxima vez que quedásemos daríamos el paso, que ese día no habíamos dado...pero eso os lo contaremos en otro relato..

Y al acabarnos la copa nos fuimos del local, pues ya era muy tarde y teníamos pendiente tomarnos una queimada y después a descansar, pues el próximo día había que madrugar..

Mari