Una Velada Entre 5 (1ªParte)

Ese día Juan y yo decidimos hacer un viaje a una ciudad cercana, para ver a unos buenos amigos Javier y María, dos personas a las que queremos un montón y tenemos un feeling muy especial entre los cuatro.

Quedamos en un bar de copas, la dueña es amiga de ellos y en otra vez que habíamos ido a visitarlos, nos la habían presentado. Ella es una chica con una cara muy dulce y con buen cuerpo, no muy alta, morena, ojos marrón claro y con un cuerpo muy sensual, su nombre es Ana.

La verdad es que Ana, ya desde la primera vez, nos había caído muy bien y creíamos que a ella también le pasaba lo mismo con nosotros.

Al llegar al bar, Javier y María, aún no habían llegado y mientras los esperábamos nos tomamos algo, vino Ana a saludarnos y a tomarse algo con nosotros, Ana venía con una blusa blanca y con una falda corta de color negro ajustada que marcaba su linda figura, la conversación era fluida y yo veía que a Juan le brillaban los ojos cada vez que miraba a Ana y ella también le correspondía, cosa que me gustaba.

Cuando llegaron Javier y María empezamos a planear lo que haríamos, donde iríamos a cenar y a tomar una copa. María venía muy guapa, con un pantalón ajustado y con una blusa negra con un escote que a nadie pasaba inadvertido, pues tiene unos pechos preciosos y prominentes y era imposible que los ojos de Juan no se escaparan de vez en cuando a explorar sus pechos.

Decidimos irnos a cenar a un sitio de ensueño, un restaurante con unas vistas preciosas de la ciudad, allí las risas, las miradas lascivas, acompañadas del vino y de las buenas vibraciones que había, hicieron de la velada una noche mágica. En la mesa nos sentamos alternando las parejas y Ana en medio de los chicos, con lo cual avivaba más el morbo de la situación.

Ya en la cena, Javier y yo de vez en cuando nos besábamos, mientras María y Juan hacían lo mismo, a lo cual Ana, nos miraba curiosa, pero no extrañada, aunque nadie le había contado nuestro secreto de liberalidad. Se reía curiosa y se metía con nosotros diciendo, que ella también quería, entonces Juan se separó de María y beso en la boca a Ana suavemente y Ana le correspondió tímidamente al principio pero con más intensidad según iba avanzando el beso, y al separarse, ya estaba Javier esperando, para corresponderle también de la misma manera, con un beso sensual, que acabó de calentar del todo el ambiente y el cuerpo de Ana. Al separarse Javier ella suspiro fuertemente, cosa que nos hizo reír a todos. Y siguió la cena, en ese tono, pícaro y caliente.

Cuando acabamos de cenar, nos fuimos a un Pub de ambiente Gay, al cual nos gusta ir, por el ambiente que hay, que no es de mucha aglomeración de gente y además así María y yo damos rienda suelta a nuestros momentos bi, sin que nadie se quede con la boca abierta.

Entre las copas, la música y lo calientes que ya íbamos de la cena, nos pusimos a bailar María y yo, como solemos hacer, pegando nuestros cuerpos, yo delante y ella por detrás, se pega a mí y nos contoneamos mientras sus manos se agarran a mis caderas y las mías se agarran a sus nalgas, y nos movíamos acompasadamente, poniendo a cien a Javier y a Juan que nos miran embobados y a Ana, que esta vez nos miraba con envidia.

Me encanta sentir las manos cálidas de María por mi cuerpo, y sobre todo cuando agarra y toca suavemente mis pechos al bailar mientras no paramos de movernos, y mientras no deja de rozar sus pechos contra mi espalda, haciendo que me humedezca del deseo.. Entonces giro la cabeza mirando para María y nuestras bocas se unen, y nos besamos suavemente, devorándonos por completo, gimiendo en cada encuentro de nuestras lenguas. Viendo esto Ana, perdió toda su timidez y se unió a nosotras, se puso delante de mí, y así seguimos bailando, las tres muy pegadas...un trío de hembras, calientes y dispuestas a disfrutar de la noche..

Empecé a acariciar la espalda de Ana, mientras ella con sus manos recorría nuestras caderas, buscando nuestras nalgas para apretarlas, y mis manos no dejaban de tocarle, metí las manos por debajo de su blusa blanca, para tocarle sus pechos y descubrí que no tenía ropa interior, lo cual me aceleró más, pues directamente sentí sus pezones duros y con ganas de guerra, a los cuales fui generosa y me entregue por completo, pellizcándolos suavemente y acariciándolos.

Nuestro chicos Javier y Juan, no paraban de mirarnos, al igual que la gente que estaba a nuestro alrededor, disfrutando del espectáculo..Juan me miraba y con la miraba sabía que estaba muy excitado, le encantaba esa ración de baile lésbico, que les estábamos dando.

María se fue directamente hacía Juan y lo agarró y le plantó un morreo de ensueño, sin dejar de contonearse y pegarse a su cuerpo, sintiendo su sexo duro entre sus piernas, Juan no dejaba de tocarle, con una mano se dedicaba a tocar sus pechos, los cuales le encantan y le hacen perder la cabeza y su otra mano no dejaba de tocarle entre las piernas, rozándola como si quisiera masturbarla por encima de la ropa..

Yo empujé a Ana hacía Javier, a lo cual no opuso ninguna resistencia, se acopló a su cuerpo y le desabrochó la camisa, al mismo tiempo que ansiosa se desabrochó la suya y así pegó sus pechos, los cuales eran redonditos, no muy grandes, pero muy bien formados y erguidos, Javier los acarició con sus manos y después se dedicó a subirle la falda y tocar sus nalgas, y ante nuestra sorpresa Ana no llevaba ropa interior de ningún tipo y eso enloqueció más todavía a Javier, con lo cual, la empezó a penetrar con un dedo, mientras yo rodeaba el cuerpo de Ana con mis manos y acariciaba sus nalgas suavemente y sus piernas y de vez en cuando buscaba los labios de mi chico Juan y lo devoraba y le chupaba la lengua con ansias..

Este fue el preámbulo de una noche llena de pasión y de morbo entre los cinco...En otro post, os contaremos como siguió la noche, que fue ufffff, super excitante..

Besos muy dulces para todos..

Mari